El sábado, no teníamos ninguna electricidad en mi vecindad por una mañana entera. Por eso, no tenía conexión con mis amigos internacionales. El teléfono funcionó, pero no aplicaciónes eléctricas -- ni TV, ni computadora, ni luces, ni microonda. Sentíamos que entramos al revés en tiempo.
No era una cosa desagradable. Pero es interesante que dependemos en la electricidad para uno de los más básico de nuestras necesidades humanas -- tener contacto con nuestros amigos y familia. ¡Es curioso!
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