
Llevé a mi madre al parque de Ambleside, adonde mucha gente va a caminar con sus perros. Es uno de los pocos parques en donde los perros se permiten para correr sin correa. Es asombroso mirar los perros jugando juntos – diferente razas, diferentes tamaños pero no hay luchas.
Mi mamá y yo nos sentamos en un banco y uno por uno, mientras los perros nos pasaron, vendrían dejar a mi mamá acariciarlos.
Bruno era el perro con la más personalidad. Él caminó muy, muy lentamente. Su amo nos explicó que Bruno cree en conservando la energía. Hablamos con él (el ser humano) durante mucho tiempo, mientras que Bruno gozó siendo acariciado.
Entonces el hombre dijo, "Vamos, Bruno" y Bruno se tumbó. (Fue este momento que tomé la foto.) Claro que él no deseó dejar a mi madre. Solamente cuando el hombre dijo, "Bruno, debemos almorzar?" obedeció el perro.
3 comentarios:
A veces tenemos que aprender de los animales, ellos son capaces de relacionarse entre si mejor que los humanos. Bruno debe ser un perro muy obediente.
Un abrazo.
Se ve muy feliz Bruno.
Hola Fabrizio y Lino!
:))
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