Ayer por la noche encontré una araña enorme en el cuarto de baño. Por supuesto grité y Fréd le mató para mí. Pero él tuvo que perseguirla. Después, el me mostró la criatura, así que yo creería que estaba muerta. Pero, aunque sabía ella era muerta, yo lloré como maníaca.
Cuando recuperé mi calma, aventuré en el cuarto de baño para cepillarme los dientes. Miraba alrededor cuidadosamente. Controlé todas las esquinas. Ningunas arañas.
Me senté. Ése es cuando la vi. Una araña más grande, más espantosa -- el tamaño de mi mano, colgando al revés en el extremo de la toalla. Esperando.
Salî el cuarto de baño corriendo, gritando y gritando mientras que Fréd la persiguió y la mató. Tlaloquita oyó el griterío y se levantó, pensando que había un accidente o algo.
Necesito cultivar un actitude más zen acerca de arañas. La vez próxima, recordaré esta historia: haz click aquí.
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